Un nuevo estudio científico sugiere que algunos perros pueden desarrollar comportamientos similares a las adicciones humanas en relación con sus juguetes. Investigadores de la Universidad de Veterinaria de Viena publicaron en la revista Scientific Reports un trabajo que describe cómo ciertos perros muestran una “motivación excesiva” por jugar, comparable a las adicciones conductuales que se observan en los seres humanos, como el juego o los videojuegos.
Las adicciones conductuales en las personas se definen por la participación compulsiva en una actividad, incluso cuando esta tiene consecuencias negativas. Los científicos aplicaron este concepto al comportamiento canino y observaron que algunos perros exhiben rasgos como ansiedad, falta de autocontrol y cambios de ánimo cuando se les priva de su juguete favorito.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo analizó a 105 perros —56 machos y 49 hembras— de distintas razas y edades, entre los 12 meses y los 10 años. Entre los participantes había 18 malinois, 9 border collies y 9 labradores retrievers, todos descritos por sus dueños como especialmente motivados para jugar. Los investigadores permitieron que cada perro eligiera un juguete y luego realizaron pruebas en las que se les privaba temporalmente de él, ya sea colocándolo fuera de su alcance o guardándolo en una caja sellada.
Los resultados fueron reveladores: 33 de los perros mostraron comportamientos que podrían compararse con los de una adicción. Estos animales permanecían más tiempo atentos al juguete, intentaban acceder a él de manera insistente e incluso preferían conseguirlo antes que comer o interactuar con su cuidador. Además, muchos demostraron dificultad para calmarse durante los 15 minutos posteriores a la retirada de todos los juguetes.
Según los autores, los hallazgos “ponen de relieve los paralelismos entre la motivación excesiva por los juguetes en los perros y las adicciones conductuales humanas”. Lo más sorprendente es que los perros serían la única especie no humana que parece desarrollar espontáneamente este tipo de conductas sin necesidad de una inducción artificial, como ocurre en los experimentos de laboratorio con otras especies.
El estudio abre nuevas preguntas sobre el bienestar emocional de los perros y sobre las razones que los llevan a desarrollar vínculos tan intensos con sus juguetes. Los investigadores destacan la importancia de seguir explorando si esta conducta puede tener efectos negativos en su salud mental y cómo podrían los cuidadores prevenir o manejar este tipo de comportamientos obsesivos.