Ayer 28 de febrero de 2025, la Ciudad de México fue testigo de un fenómeno tan fugaz como inquietante. Un trueno retumbó con tal fuerza que no solo sacudió ventanas y suelos en diversas zonas, como el Centro Histórico, Azcapotzalco y la colonia Del Valle, sino que incluso quedó registrado en los sismógrafos locales.
El estruendo desató una ola de especulaciones: ¿se trató de un simple trueno o de un microsismo disfrazado de tormenta? Sismo Alerta Mexicana confirmó que el evento fue captado por sus estaciones sísmicas, aunque sin una magnitud precisa. Sin embargo, el Servicio Sismológico Nacional de la UNAM no ha emitido aún una confirmación oficial sobre un posible movimiento telúrico derivado del fenómeno.
Coincidentemente, esa misma jornada, un sismo de magnitud 5.1 con epicentro en Guerrero se hizo sentir en algunas zonas de la capital, sin activar la alerta sísmica. No obstante, el impacto del trueno persistió en la memoria de los habitantes, quienes despertaron con la incertidumbre de un cielo que rugió con inusual ferocidad.
¿Un capricho de la naturaleza o un recordatorio de que la ciudad siempre está en movimiento? Lo cierto es que, por unos instantes, la capital vibró ante el eco de un trueno que dejó más preguntas que respuestas.
